Días

Como todos, tengo días de ojos tristes, mojados de recuerdos del pasado. Tengo días de gloria donde se ven las batallas que gané. Y también tengo días grises, eso días dedicados a curar heridas y sanar cicatrices.
Como muchos, tengo días donde la razón se niega a admitir lo que el corazón ya sabe. Días de pelea interna negando realidades. Y otros días donde muestro, para bien o para mal, todas mis verdades.
Como a algunos les sucede, tengo días intrascendentes, eso días que pasan sin que los advierta. Son esa clase de días tan comunes y rutinarios que aunque parezca mentira, los suelo añorar más tarde.
Sin embargo y a pesar del día, hay algo que no cambia, son mis ganas de estar bien, mi fuerza y confianza.
Cuando me toca un día oscuro, me retracto y me quedo tranquila, pero cuándo es uno de esos gloriosos los disfruto con el alma, porque hay algo que es seguro, se trate del día que sea, yo sé que siempre pasa.

Cambiar para avanzar

Tenes permiso de cambiar. Te lo aseguro.
El cambio es un proceso natural. Esto influye en el crecimiento personal y por eso te lo tenes que permitir.
Te pido que no te quedes en una determinada situación que ya no te llena, solo porque invertiste mucho tiempo allí.
Por favor, andate de ese lugar que no crece en la misma dirección que vos.
Estas creciendo y aprendiendo de vos, estas experimentando cosas locas y hermosas. Estas floreciendo por dentro.
Y tu corazón esta autorizado a reconocer que en un determinado momento, va a necesitar algo distinto de lo que alguna vez deseo. Algo que rompa paradigmas de amor, vida, miedos y enojos.
Hacete bien, y deja de pensar que esta mal cambiar de opinión en cuanto a como deseas vivir tu vida.
>TU VIDA<

Empiezo de nuevo

Tomé decisiones equivocadas, perdoné lo imperdonable sin explicación alguna y sufrí.
Lloré lágrimas de amor, de dolor, de frustración y rabia. Lloré lágrimas de angustia que pensé que serían eternas. Sentí tristezas tan profundas que me atravesaban, sentí culpas sin motivos y otras justificadas, pero aún así sin sentido.
Senti tanto miedo, del real y del que me invento. Esos miedos que te atrapan y te siguen en el tiempo. 
Esperé más de la cuenta para terminar comprendiendo que el tiempo perdido no se recupera. 
Pero a partir de hoy, te juro, lo revierto. Es que aprendí que así como no todos los ojos abiertos ven, tampoco todos los ojos cerrados duermen, también sueñan y desean como yo.
Es que entendí que lo que niego me somete y lo que acepto me transforma. Y así quiero crecer.
Entonces a partir de hoy como nunca y con todo mi ser, miro para adentro, me acepto y empiezo de nuevo. 

Analisis

Y aunque el paso de los años puede ser injusto con el cuerpo, sigue habiendo increíbles ventajas que logro disfrutar. Ya no me resulta incomodo equivocarme o decir algo fuera de lugar. Si me equivoco lo corrijo y listo. Y paso. Por que al fin y al cabo tengo un redoblante en la cabeza repitiendo el error. Y eso de a poco nos desmorona.
Ya no vivo la vida bicolor, se fue llenando de matices. Ya no hay tanto blanco y negro y encuentro muchos grises. Y una gama de colores que cada vez brillan mas.
Las cosas que me duelen empiezan a ser menos, quizás los recortes personales llevan a desvalorar relaciones. Pero las pasiones y el énfasis en ciertas cosas, a veces, traen dolores mas profundos, más certeros.
Ya no me decepciono tanto porque espero menos. Me considero imperfecta pero convencida de dar lo mejor que tengo con todas mis fuerzas. Aunque no siempre todo sale como quiero, pero aprendí a buscar luz en situaciones turbulentas.
Quizá no sea lo que en otra época soñé ser, pero ya no soy la de otra época. Quizá no sea lo que otros esperan, pero a esta altura del recorrido y con una mano en el corazón me hace feliz ser asi. Lo que yo quiero. Y juro que es la mejor versión de mi.