martes, 25 de febrero de 2020

Crónica de un amor para toda la vida

Allá por el año 2014, terminando mi secundaria, decidía elegir la profesión a la que me iba a dedicar toda la vida. Lic. en Kinesiología. Hablando con mis papas de las posibilidades que tenia de estudiar esa carrera, ya que en mi ciudad no estaba, se dieron varias opciones. Cordoba, Rosario, La Plata, San Luis. todas esas opciones eran validas. Menos Buenos Aires.
Entre idas y vueltas, que uno era lejos, que el otro era peligroso, que la universidad no tenia buen prestigio, decidimos embarcar mi vida a Buenos Aires.
18 años tenia y tenia que empezar a construir mi futuro en la ciudad a la que todos le tenían miedo. En la ciudad donde las únicas noticias que te enteras son terribles. A mi parecer, en ese momento, era inhabitable. Todos y cada uno de los que vivían ahí corrían peligro hasta durmiendo. Pero mi deseo de seguir esa carrera era mas fuerte que cualquier inseguridad.
No voy a ahondar en relatar mi experiencia con la carrera en si. Ya fueron descargados en otro post. Esta vez voy a hablar de un amor. Tan fuerte que me sacudió todo el organismo.
En mi primer año de universidad, la Universidad de Buenos Aires, después de dos años entre cbc y materias cuatrimestrales cursadas, ya viviendo en la ciudad de la furia y tratando de ubicarme de a poco, me encontré con la materia a la cual todos temían y hablaban de ella. La materia por la cual muchos dejaban, se quedaban en el camino, lloraban, le dedicaban mucho tiempo, mucho material de estudio, horas de irse a preparar, horas sin dormir e interminables anegdotas. Pero ahí, yo, solo era una chica curiosa con ganas de entender quien era esta señora materia, que tanto generaba.
Tal es así que en Marzo del 2017, con un guardapolvo, una pinza de mano izquierda, guantes de latex y el libro abajo del brazo, con una lapicera en la mano y con la cabeza con mil inquietudes, estaba en frente del aula de ANATOMÍA.
Pase esa puerta y juro por mi pellejo que mi vida se dio vueltas patas para arriba. Fue una clase inagural increíble. Nos mostraron la osteologia del miembro superior. Estaba fascinada. Me volví a casa con tanto entusiasmo, necesitaba leer y aprender todo para la próxima semana.
Mi segunda clase eran las articulaciones del miembro superior. Todas. Hasta las de los dedos. Era muchísimo. Pero mi cabeza iba por todo. Me encerré toda la semana, mire videos, leí de otros libros, la llame a mi mama para contarle todo lo que estaba descubriendo.
Pero empezaron a desestabilizarse mis ladrillos. En ese entonces convivía con una muchacha, que poco sabia de dedicación y perseverancia. Me veía no dormir por estudiar y se reía, decía que me iba a enfermar. Llegaba a casa con sus amigas, hacían ruido. Yo no podía estudiar. Quería disfrutar de las comidas, por lo menos un ratito para despejar. Y ella me retaba por no tener vida social. Pero tenia que aguantar, era mi carrera y quería aprobar.
Llego la segunda clase en la segunda semana de cursada. Quería con todo mi ser que llegaran esas 4 horas de articulaciones. Y llegaron. Y me golpearon. ¿Que paso con todo lo que yo sabia? ¿Por que no alcanzo si le dedique todo el tiempo que tenia? ¿Como puede ser que estaba tan perdida si habia leído sobre eso toda la semana?. 4 horas de sentirme totalmente ajena a esa realidad. Realidad que había ayudantes, preparados, recursantes, libros, pizarrones, formol y otros tantos chicos en la misma situación que yo. No entendía. No podía ubicarme. Me quería ir. No podía seguir ahí escuchando como nos retaban por no haber estudiado. Hablaban de cosas que yo nunca había leído. Me dolió tanto que cuando volví a casa me dormí llorando.
Pero tenia que levantarme y seguir para la siguiente semana. La siguiente clase, miologia de miembro superior. A la vez cursaba la carrera, y mis compañeros iban dejando, y decían que no podían, que la iban a hacer el próximo año. Y la verdad es que yo tampoco podía, ya casi no dormía, lloraba casi todos los días, me quería volver a Junin, empece a engordar de la ansiedad que tenia. Y la muchacha con la que convivía no dejaba de repetirme, 'esto que haces no es vida'.
 Contaba cuanto me faltaría y en cuanto tiempo me recibiría si dejaba anatomía para el año siguiente. Me quedaban 6 años, y ya tenia 21, si todo iba bien me recibía a los 27. ¿A los 27? ¿Y mi novio 10 años a distancia? ¿Y mis papas manteniendome hasta los 27? ¿Y 10 años afuera de Junin, en esta ciudad que cada vez me gustaba menos?
Pasaban las semanas, cada vez era mas difícil. Ya no llegaba a leer los temas, me empezó a ir mal en las demás materias, tenia atracones, me iba a llorar a la plaza para que la muchacha que convivía conmigo no me viera y no me juzgue. Me iba casi todos los fines de semana a Junin para sentirme mas aliviada. Y empece a entender lo que significaba esa materia. Omnipotente Anatomía, cuanto es todo lo que generas.
Decidí dejarla. Con el apoyo de mi familia, decidí dejarla. Como la gran mayoría. No pude, la haré el siguiente año.
Me dedique a las demás materias, que no vienen al caso. Seguí con mi vida en Buenos Aires, recobre alegría siendo payasa de hospital. Enagua Oxigenada (mi payasa) me devolvió valentía y fuerza para continuar. Transcurría el 2017, sin hablar de la facultad, mi vida estaba floreciendo. Casi el mes 10, pero el fantasma de la recursada seguía vigente. Y tenia tanto miedo que ocurra con las demás materias que me desbordaba por querer que todo salga bien. Y como dice el dicho, el que mucho abarca poco aprieta, quería estudiar todo a la vez, quería estar al día con todo, pero mi cabeza no retuvo nada. Empezaron a llegar los exámenes que definían la regularidad. Empece a desaprobarlos. Y otra vez mi mundo en picada. Desde Junin, mi novio, mis amigas y mi familia me decían que siga, que yo podía. Pero yo no podía mas.
Noviembre. 19 de noviembre. Recuperatorio del primer parcial de Fisiología. 1 hora rindiendo un oral. Y lo único que me acuerdo ahora, son las palabras del profesor... 'lo lamento mucho pero la tenes que hacer de nuevo, no sabes estudiar'. Recurse. Sali, mori de vergüenza por que todos me vieron salir y recursar. Llore, caminando con pasitos lentos por que no podía creer todo lo que perdí ese año. ¿Que me paso? ¿A donde voy? ¿A quien le digo? ¿Como le digo a mis papas? ¿Si di todo de mi, en serio otra vez arrancar de cero? ¿Que hago? ¿Y ahora?. Llegue a mi casa. Me senté en mi cama. Quería desaparecer.
Empece a pensar como salir a flote después de tantos palos todo el año. Agarre mis ahorros, tenia $5000. La llame a Juli, mi mejor amiga, que estudia Lic en psicología en Tucuman. Le conté lo que había pasado, pregunte si podía ir unos días para allá y si, me dijo que me esperaba cuando quiera.
Me fui a Retiro, saque el pasaje y a las 11 de la noche de ese dia me iba a Tucuman.
Volvi a casa, llame a mi mama, a mi novio y a mi tia. Y todos tratando que me tranquilice. Pero yo no quería otra cosa que desaparecer por un rato y ver las cosas desde lejos.
Me prepare el bolso y me fui. Viajé, llore en el viaje, llore cuando llegue, llore bien en el norte de nuestro país, donde la gente allá tiene otras costumbres y mi vida era un atropello al lado de su calma y humildad. Llore con Juli y me calmo. Me hizo entender que toque fondo y que todo lo que venga iba a valer la pena. Recorrimos Tucuman, conocimos lugares, hicimos muchas cosas, lo cual no me dio casi tiempo para pensar. Me hizo bien. Cuando volvi, volvi a capital a intervenir por ultima vez ese año en un hospital como Enagua Oxigenada. Me hizo bien. Volvi a Junin. En algún momento iba a llegar la charla con mis papas. Y si, llore, no quería ver a nadie, me mantuvieron 3 años y no logre nada. No tenia otra cosa que miedo y vergüenza en la cabeza. Mi novio al pie del cañón siempre y siempre confiando en mi, en que yo podía, que lo que había pasado fue solo un tropezón.
No le voy a poner un titulo, por que la verdad es que nunca supe bien como estaba, pero fueron diciembre y enero meses muy tristes.
Tanto que el 31 de diciembre, iba a salir con mis amigas de Junin. Pero a las 23hs del 31, a una hora de brindar, mi familia empezó a hablar de los logros y cosas lindas que les había dejado el 2017. Y yo no podía ver lo lindo. Otra vez volvía el fantasma de recursar y no avanzar. Y a las 23.40 me levante de la mesa, me encerré en el baño y llore. Llore mientras mi familia se saludaba y brindaban por un 'Feliz año nuevo'. Llore mientras escuchaba los fuegos artificiales desde el baño. Llore y dos seres de Luz me tocaron la puerta para abrazarme y estar conmigo. Llore y el año lo recibí abrazada a mi hermana y a mi novio. Llore y no quería que llegue este supuesto 'Feliz año nuevo'. No salí, me quede en mi casa, abrazada a mi mama, como cuando era mas chica, me sentía indefensa. Me quede mirando una película, con ella.
Pasaban los primeros días del 2018 y tenia que tomar una decisión. La Universidad de Buenos Aires no era una opción para seguir en mi vida. La sufrí mucho. Pero mi amor por la carrera seguía intacto. Quería conocer la Anatomía, pero no sabia ni como ni donde. Pense en estudiar enfermería o Tecnicatura en Radiologia en Junin. Pero no quería volver a Capital. No a esa universidad, ni con esa muchacha que vivía conmigo, que con el tiempo y desde lejos, me di cuenta lo nocivo que fue convivir con ella.
Y tengo a la mama y al papa mas inmensos del mundo. Nose si veian las ganas que tenia de estudiar esa carrera o si realmente me vieron muy mal. Me dijeron que esa muchacha se iba a ir de mi casa y que iba a estar sola, para estudiar lo que yo quisiera, tranquila. Me dijeron que busquemos una universidad que tenga kinesiologia en Buenos Aires. Pero también me dijeron que si necesitaba asistencia psicológica que vaya, que me iba a hacer bien. Y empece a estar mejor. Me dieron todo. Y recién ahora, paso a relatar como decidí que realmente queria ser testigo y para toda la vida, de lo alucinante que es el organismo humano.
Empece Lic. en Terapia Física en la Universidad del Salvador. Tuve una entrevista con la directora, empece a cursar las materias que correspondían al primer año. Pero sabia que iba a tener que atravesar la materia que tanto miedo le tenia. Que me generaba amor y odio a la vez. Se llamaba Anatomía.
Tuvimos la primer clase, me sentí muy bien. Había estudiado antes. Sabia lo que se venia, así que me prepare.
La segunda clase aparecen dos personas, que me hicieron enamorar por completo de esta materia. Ignacio y Magdalena. Mis ayudantes. Los que confiaron, los que me respondieron miles de dudas, los que festejaban conmigo mis avances y los que van a estar en mi por siempre, por ser mis papas en esta materia. Me enseñaron a hablar bien, con el vocabulario correcto, me enseñaron a estudiar bien, con los métodos correctos, me mostraron cosas que nunca creí que existieran, y las vi. Me demostraron que no estaba mal dedicarle tiempo a algo que tanto nos gusta.
Aprobé el primer parcial con 9, el segundo parcial con 8 y el tercer parcial con 9. Mi nota de final fue un 8. Definitivamente esto es lo que quería. Estudiar anatomia.
Paralelo a ese 2018 lleno de buenas noticias, Ignacio, mi ayudante, se volvio mi mejor amigo. Si, vivíamos a media cuadra. Si, a los dos nos apasionaba cocinar y comer. Si, los dos mirábamos la misma serie. Si, los dos eramos casi iguales con todo lo que nos rodeaba. El de Rio Gallegos y yo de Junin. Sabiamos lo que implicaba ser del interior en esta ciudad. El también empezó tarde su carrera de Lic. en Terapia Fisica, por que quiso ser medico. Pero supo que tiene el corazón para ser Terapista Fisico. Cuando yo hice anatomía, el cursaba su tercer año de carrera y estaba haciendo la escuela para ser ayudante. Y como dije antes, en tanto coincidíamos que hasta me contagio esas ganas de ayudar a que otros no le tengan miedo a esta materia tan hermosa, la cual es la base de la carrera.
Tanto Magdalena como el, me demostraron que cuando alguien dice que no le gusta una materia es por que no se la enseñaron con pasión. Hoy, amo tanto la anatomía por que me la enseñaron dos apasionados.
Finalizado el 2018 y empezando el 2019, tome una decisión que sabia que me iba a costar, pero que iba a estar agradecida el resto de mi vida si lo lograba. Quería ser ayudante de este monstruo. Quería ser ayudante de anatomia. Cuando lo dije en mi casa, me dijeron que intente pero que no me saque tiempo de la carrera. Al principio muchos no me alentaron, por que esto es ad honorem. Pero yo no quería ni plata, ni prestigio, ni mucho menos lucrar con eso. Solo quería demostrar que es apasionante conocer como estamos echos, que quiero conocer cada vez mas, que quiero estudiarla y entender la materia desde los lugares mas inesperados.
Ignacio me contó de que se trataba hacer la escuela para ser ayudante de anatomia. Me dijo que tenia que rendir parciales de un nivel mas elevado que en la carrera, que tenia que hacer ateneos, disecar y dar clases. ¿Disecar? eso lo hacen los médicos, no yo.
Me dio muchísima curiosidad, por un lado que implicaba hacer todo eso y por el otro saber si yo podía con todo eso.
Empezó la Pre escuela, es decir una instancia previa a comenzar todo un año de preparación. Esta la empece con mi compañera de estudio, Sol, que hicimos todo juntas, paso que daba una, lo daba la otra. Codo a codo, alentándonos. Tuvimos que hacer un ateneo, que lo hice de hueco popliteo. Tuvimos que rendir un final, con todos los temas de anatomia, muy general, pero igual llevaba su tiempo. Y tuvimos que disecar. Tuve que arreglar un hombro y un brazo. Me costo aprender a usar los elementos de disección, tuve que mirar videos y consultar con los encargados de los materiales para que el preparado salga bien. Sol un antebrazo y una mano. Estas disecciones las tuvimos que presentar y nos tomaban un oral. El dia de la presentación, Sol me dijo que no iba a seguir. Senti que quizás con ella iba a ser mucho mas fácil, pero ahora estaba yo, con 3 chicos que conocía muy poco para seguir en la escuela. Y siempre, Ignacio, deseándome suerte y apoyándome.
Me fue bien, empece la escuela. La primera etapa la había pasado y estaba super feliz.
Primer cuatrimestre del 2019: Neuroanatomía, Técnicas de evaluación, Ejercicios terapéuticos, Agentes de terapia física, Ortopedia, Clínica practica I, Rotación en San Juan de Dios y la escuela. Pude. Lo pase. Hice un ateneo de Diafragma, diseque una rodilla (que me desanime muchisimo por que no me salia y casi dejo la escuela a raíz de esto), di el parcial de locomotor y me fue bien.
De 10 que estábamos haciendo la escuela, quedamos 5. Me hizo pensar que quizás yo también debería dedicarme mas a mi, a la gente que deje de ver por estudiar. Pero también pensé en todo lo que conocí, todo lo que descubrí, la fuerza que gane por seguir y lo lindo que fue sentir esa satisfacción de aprobar y poder avanzar, que dicho sea de paso un año atrás no la tenia.
Segundo cuatrimestre del mejor año de mi vida: Patología, Neurología, Técnicas de evaluación, ejercicios terapéuticos, Ortopedia, Agentes de terapia física, Clínica practica I, dar clases de anatomía en terapia física, dar clases de anatomía en actividad física y deportiva y la escuela. Pude. Lo pase. Hice un ateneo de articulación temporomandibular, diseque todo un miembro superior (me fue excelente en esta disección, me felicitaron), rendí un parcial de esplacnologia y me fue bien, rendí otro parcial de neuroanatomía, y me fue bien. Di clases y me di cuenta que la magia del esfuerzo fluye y hace que los alumnos fluyan con vos. Ver que todo el tiempo que le dedique a la escuela, los llantos y nervios pre parciales o entregas, la incertidumbre de con que me iba a encontrar, hizo que todo tenga sentido. Di clases con Nicolas, un cardiocirujano en potencia, que me enseño mucho sobre la paciencia y el amor de trasladar todo lo que sabemos y estudiamos, a un chico que recien empieza a estudiar anatomía. Y también di clases con Ignacio, mi mejor amigo, el que estuvo ahi, siempre. Y creo que el 60% de todo lo que se tanto de anatomía como la pedagogía de dar clases, lo aprendí de el. Y les di clases a alumnos, que me los llevare siempre conmigo, por que fueron los primeros e hicieron que todo sea mas lindo.
Y toda la escuela, la hice con Mariano, otro ambicioso, que nos ayudábamos a seguir cuando creíamos que no podíamos mas. El y yo, cursando el segundo año de la licenciatura en terapia física, regularizamos todo en la carrera, dimos clases juntos y disecamos juntos. Pudimos.
Finalice el año 2019 llena de gratitud. Estaba a un final de ser ayudante, tome exámenes que años atrás me paralizaban, una alumna me regalo un libro que usare como bitácora de esta experiencia que elegí transitar, conocí gente apasionada por la carrera y por la materia, conocí gente curiosa que me despertó dudas a mi hasta de lo que yo había estudiado, empatice con gente que quizás me costaba entender, aprendí a valorar el es esfuerzo y contemplar las historias que vienen detrás de cada persona, entendí la responsabilidad que tenemos al estar delante de un alumno y todo lo que eso conlleva.
2020, mi hermana se viene a estudiar a Buenos Aires. Estoy feliz que voy a vivir todo con una excelente compañera de vida. Cambios en casa, cambios en Junin, cierres y bienvenidas. Estamos en casa, mi hermana con su incertidumbre de empezar. Mi cabeza con el final de la escuela dando vueltas, sabiendo que si apruebo, voy a ser ayudante.
Llego el dia, mi hermana empieza su carrera, yo rindo el final de la escuela. Todo me generaba nervios. Pero ¿Quien estuvo ahi? Ignacio. Si Ignacio, que me ayudo a estudiar, me ayudo a disecar, me ayudo a no dejar, me ayudo a entender que todo lo que uno disfruta es el regalo mas grande que nos da la vida. Gracias Ignacio, ahora cuando termine de escribir voy a ir a abrazarte, por que ya no me alcanzan mas las palabras para que entiendas lo inmenso que sos para mi.
14.00hs. 20/02/20. Jueves. A veces creo en las casualidades. El numero 20 en la quiniela, es la fiesta. Entre a rendir el examen final de la escuela. sali a las 17.30hs. Ignacio y Leto, la alumna del regalo en dicembre, me esperaron a que rinda. Ya esta, ya habia echo todo lo que pude y di todo de mi. Ahora a esperar la nota. Mi hermana me espero en mi casa, a ver como me habia ido, mi tia, mi mama y mi vecina esperando saber como me fue.
Viernes. fue un dia movidito, pero la ansiedad de saber como me había ido me consumía.
Sabado. 22.30hs. 'Chicos, aprobaron, felicitaciones y bienvenidos a la cátedra'.
¿Yo? ¿En serio? ¿De verdad que pude? ¿Yo, que sentía que no iba a poder ni siquiera con la carrera, pude dar esos exámenes y aprobar? ¿Yo, que me paralizaba el echo de que los médicos generen un corte en el organismo para una cirugía, diseque un hombro y un brazo, una rodilla y un miembro superior entero? ¿Yo, que con solo pasar a dar un oral o de leer en los actos de la escuela me temblaba la vos y el cuerpo, di tres ateneos y explique varios temas a chicos que me escuchaban solo a mi? ¿Yo, que me senti incapaz de todo esto y pude?
Si, llore, llore y festeje y me reí y agradecí. Por todo el apoyo. A todos los que pasaron por este 2019 lleno de aprendizajes y de amor.
¿Y para toda la vida? Anatomía me enseño que solo el que persevera, triunfa. Que cuesta mucho entender como somos, pero una vez que lo descubrimos, todo es mas interesante. Que dibujar nos ayuda a entender y a entendernos. Que quien te quiere, te apoya, te ayuda y no te suelta. Que los sueños se hacen realidad. Que cueste lo que cueste y aunque no todos los entiendan, hay que seguir con nuestros deseos hasta decir si, lo hice y soy muy feliz. Darse vuelta y valorar todo lo que pudimos lograr. Me enseño que no es mas grande el que sabe mas, sino el que comparte lo que sabe, lo transmite y queda, por que el conocimiento si no es compartido, no tiene valor. Me enseño que la sonrisa de un chico que entendió algo es un regalo que genera felicidad desde el momento en que se produjo hasta siempre.
Mi deseo hoy, esta cumplido. Soy Ayudante de la materia mas hermosa del mundo. Anatomía. Así que espero que de ahora en adelante pueda hacer que todos y cada uno de los chicos a los cuales ayude en la morgue, sepan que amo todos y cada uno de los ángulos que nos conforman como organismo humano. Que me apasiona la anatomía, por que podria estar horas hablando de eso. Que me alegra los días ver como avanzan y aprueban y que no le tengan miedo, por que una vez que entendieron y saben los temas, las puertas se abren solas.
Prometo disfrutar de cada una de las clases, prometo seguir estudiando siempre que pueda para llenarme de herramientas y hacer mas alucinante todo. Prometo esforzarme y tomar todos los recaudos para que se enamoren, de la misma forma o mas que yo, de esta asignatura, que de corazón, es un amor para toda la vida.