viernes, 17 de mayo de 2013

Aprendi.

Aprendí que hablar puede aliviar los dolores del alma... descubrí que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que yo también puedo hacer cosas de las que te arrepienta el resto de la vida.
Aprendí que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tengo, sino a quien tengo en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
Aprendí que no tengo que cambiar de amigos, si estoy dispuestas a aceptar que mis amigos cambian.
Me dí cuenta que puedo pasar buenos momentos con mi mejor amigo/a haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.
Aprendí que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Aprendi que la paciencia requiere mucha práctica. Descubri que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Aprendi que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarías quitando la esperanza. Descubri que solo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo. Aprendi que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Y aprendi que el amor no significa acostarse. Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
La felicidad depende de nuestra mente, es un estado de conciencia y se basa en vivir plenamente en el único momento que existe: este momento. No existe el pasado, ni el futuro, siempre es este momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario